Conocí a Kiko Venero hace veinte años, cuando saco su primer disco en solitario. Era en 1982. Yo trabajaba en "La Mandragora", de la 2 de TVE y le entreviste Le recuerdo, sentado en una escalera exterior del local de su discográfica. Me encantó. Un ser humano, sencillo, cercano, amable. Con una autenticidad y un amor por la música que despedía a chorros pero casi sin intención de mostrarlo. Su acento gaditano, su pizcase de seriedad catalana, su mechón de pelo blanco.

Han pasado muchos años y siento ahora las palabras del tango: "que veinte años no es nada...". Estoy en la sala Arena y es el 2012 y Kiko llena la sala a rebosar y los que los escuchan tararean sus canciones. Yo solo: "Volando voy". Tengo la mismna impresión que la primera vez que lo conocí en persona: serncillez, humanidad, no impostura. El, la guitarra y su pelo blanco, entonces era sólo un mechon. Todo vibra a mi alrrededor, todos bailan, el son gaditano hasta la médula. Kiko ha triunfado hace ya muchos años pero yo no lo sabía. Me alegro.
Envió un sms a mi hijo que ronda los treinta y es un fan de Kiko.

 Radió 3 está retransmitiendo el concierto. Y el concierto no sólo merece la pena, emociona.
Sonsoles Wind.